Ensayo América y Chile Contemporáneo.
Texto: “Ser niño “huacho” en la historia de Chile” (siglo XIX).
Autora: Michelle Carrasco N.
Ser un niño huacho en el actual siglo XXI, no es impedimento para desarrollarse y querer logar un mejor futuro dejando atrás tanta amargura y soledad que ha muchos niños de nuestro país ha tocado vivir, no obstante Gabriel Salazar en su texto Ser niño “huacho” en la historia de Chile… hace mención ha la larga lucha de tantos niños nacidos durante el siglo XIX, las carencias en las que vivían, sin un techo, abrigo, un plato de comida o simplemente una muestra de afecto de quienes los habían engendrado ¿El hecho que estos niños no tuviesen una madre presente en todo momento que se preocupara de su bienestar, los perjudico en su desarrollo para llegar a ser personas de bien?
A mi parecer hubiese sido de gran ayuda, el tener una imagen o bien un modelo de algún adulto a seguir, con mayor razón la figura materna, lamentablemente para muchos niños nacidos ante la necesidad y la pobreza, jamás existió la imagen de algún adulto en que reflejarse y en el caso de que existiera una madre muchas veces no entregaban los mejores valores a sus hijos (…) “¡Pobre mamá! Su callejón, sin salida, era de ida y vuelta: de sirviente a puta, y de puta a sirviente. Y en ese callejón crecíamos nosotros. Era nuestro modo de ser huachos”… Pasado el tiempo aproximadamente en 1860, la realidad de muchas mujeres obligadas a trabajar casi como esclavas, cambio con la llegada de la industria manufacturera y muchos niños y niñas comenzaron a trabajar junto a sus madres, quienes no ganaban ni siquiera un sueldo digno y por esto mismo se especulaba que practicaban en tiempos libres la prostitución.
En la actualidad quitarle a un niño el derecho a jugar es un crimen, mientras que a finales del siglo XIX jugar para las autoridades era un crimen, no podían entretenerse mientras sus madres trabajaban o bien mientras las acompañaban en sus ventas de dulces, comestibles, o aquellas que instalaban sus braseros para cocinar o las lavanderas, para muchos estos niños vagabundos infestaban la ciudad, (…) “Hemos declarado una guerra de exterminio contra el vagabunderío, que debe comenzar necesariamente, con la extirpación de los niños Huachos que, por miles infestan nuestras calles y plazuelas levantando algazaras insoportables que se extienden por todo el día”… estas son algunas de las discriminaciones a las que estaban expuestos día a día un gran numero de niños en muchos casos vagabundos que no tenían un lugar digno donde quedarse, pero luego de esta declaración de guerra muchas mujeres fueron obligadas a permanecer encerradas en habitaciones para que estas cuidaran de sus hijos (…) “estamos convencidos, señores, que ese es el único medio que puede obligar a tales mujeres a permanecer en sus cuartos, y junto a ellas, sus “cargas de hijos”.”…
Sin embargo ni el encierro ni la presencia de sus madres impidió que estos niños escaparan y siguieran jugando y vagando por las calles.
Para muchos niños el conocer un padre era casi como conocer un dios, solo escuchaban de ellos cuando su madre o en algunas ocasiones los abuelos los mencionaban, y este se terminaba convirtiendo, (…) “en un padre mítico, legendario, pero lejano e inútil. Por eso, a veces, se le admiraba, pero las más de las veces se le temía y rechazaba”…
Aquellos que tenían la dicha de conocer a su padre, no siempre gozaban de la dicha de que esta figura paterna significara un ejemplo de vida, por la simple razón, de que estos privilegiaban su borrachera y más encima abusaban de sus esposas, las golpeaban y se desquitaban con estas por su desdicha o bien en otras ocasiones cuando la mujer de la casa no se encontraba, por estar trabajando como temporeras, abusaban sin remordimiento de sus hijas. (…) “Y aprendimos a vivir, por fuera y por dentro, el lento proceso de alcoholización de nuestros viejos, la prostitución temprana de nuestras hermanas (violadas, a veces, por nuestro padre)…
Luego de leer este libro, me surgen varias interrogantes, pero la que más tengo presente es saber exactamente que numero o bien que porcentaje de estos niños huachos, habrá sido producto de violaciones de padres hacia sus hijas. Sencillamente esta supuesta hipótesis queda a la deriva de una nueva investigación, según mi perspectiva los datos entregados en el texto escrito por Gabriel Salazar, no es posible saber exactamente un número aproximado de nacimientos en siglo Decimonónico, producto de un incesto, solamente se puede observar un cuadro en el que se resume el nacimiento de hijos ilegítimos entre los años, 1848-1916. Pero tener una aproximación del porcentaje de nacimiento fue producto de una violación, es simplemente una respuesta que no se puede encontrar en este libro, por la sencilla razón que el autor se refiere a los hijos ilegítimos en general y no hace una discriminación sobre aquellos que fueron producto de un amor pasajero, o bien de una familia mal constituida o bien de aquellos que fueron producto de una violación.
Haber leído este libre, me ha dejado con una gran enseñanza para poder ayudar a aquellos alumnos que han sido abandonados o bien no presentan un núcleo familiar bien constituido. Luego de leer la última parte del libro donde profesores de dos colegios de Rancagua relatan su vivencia con alumnos con problemas conductuales. Lo que más llamo la atención fue saber que todos coincidían que el no tener una familia bien constituida o el maltrato y el alcoholismo en los padres, hacia que estos alumnos presentaran una agresividad en el momento que se acercaban para ayudarlos. Esta experiencia de vida creo que es algo que no se puede describir, pienso que debemos estar en los zapatos de estos docentes para entender la realidad a la que por años se han sometido y por sobre todo entender la función que desempeñan en estos establecimientos Educacionales con problemas de riesgo social.
Por muchos años tuve una descripción vaga sobre el concepto de ser un niño huacho o ilegitimo, pero gracias a este libro, he podido ampliar este concepto y tener una idea más clara de lo que significa ser un hijo ilegitimo, y creo que será de mucha ayudar para mi desempeño como una futura docente y sobre todo para la convivencia no con alumnos huachos ya que en la actualidad y gracias a distintas leyes no existen niños huachos en su gran mayoría, pero si para enfrentarme con alumnos con problemas de comunicación con sus familias o bien familias no construidas por un padre una madre, hermanos etc.
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