jueves, 28 de agosto de 2008

El quiebre Institucional mas Recordado en Chile

La crisis institucional y la Pérdida de Estabilidad política en Chile: El Ocaso del Golpe Militar de 1973.

X Nicolás Sebastián Cabrera Valdivia.


El propósito de este ensayo es desarrollar y analizar uno de los hitos más debatidos en los últimos 30 años de la historia de nuestro país, el impacto que tuvo el derrocamiento del presidente Salvador Allende y el establecimiento de un régimen dictatorial de corte neoliberal representado en la figura de Augusto Pinochet.


Por lo tanto, para fortalecer mis teorías con respecto al tema planteado, es necesario apoyarme en algunos de los historiadores conocedores sobre esta temática tan discutida entre los expertos como Tomas Moulian, Juan Carlos Gómez, Alfredo Yocelyn-Holt, Sofía Correa, Gabriel Salazar, Mariana Aylwin, Torcuato Ditella.


Estos historiadores por medio de sus estudios formulan y dan a conocer su postura sobre este hito, que esta arraigado en la conciencia histórica de la mayoría de los chilenos que vivieron aquel episodio el año 1973 y que para muchos fue un cambio radical marcado por una fuerte violencia, masacre y matanza a los militantes comunistas y para otros fue un triunfo político que los liberaba del malvado “comunismo”, además de la consolidación del modelo económico neoliberal que ayudaba a mejorar la economía chilena que esta en banca rota, por la crisis institucional vivida en el gobierno de Salvador Allende.


Con respecto a lo mencionado anteriormente, es necesario formular las siguientes interrogantes ¿Cómo se organizo el partido político de la Unidad Popular para llegar al gobierno ?, ¿Cuáles son los factores gatillantes que desencadenaron la crisis institucional de 1973?, ¿ Que efectos sociales trajo la reestructuración del verdadero sistema democrático implantado en las décadas de los 60 y parte del 70? y finalmente ¿Por qué hasta nuestra actualidad la fecha del 11 de septiembre esta aún arraigada en la memoria de la mayoría de los chilenos?


Por lo tanto mi Hipótesis tentativa pretende afirmar como en el periodo de máxima poliarquía ocurrió el quiebre institucional del gobierno de Salvador Allende y como la oposición política ante eventual situación conflictiva con el apoyo militar y el terror de las armas destruyeron lo que nunca había existido en Chile, una verdadera Democracia.


Este hecho histórico tan controversial y paradojal es un de los hitos más significativos de nuestra historia como país, además que con el golpe militar del 11 de septiembre de 1973 se puso fin históricamente hablando a un siglo XX caracterizado por las fuertes tensiones y los profundos cambios sociales, políticos y económicos que se reflejaron en la sociedad de nuestro país. Según Mariana Aylwin “todos sabemos que la historia de Chile en el siglo XX ha sido difícil y que, conjuntamente con auténticos logro, se han producido profundas crisis, radicales antagonismos y dolorosos fracasos”[1].


Volviendo al tema de interés, el siglo XX como marco histórico estructural fue testigo de los constantes cambios que ocurrieron en la sociedad chilena de aquel entonces, desde la clase trabajadora obrera hasta las elites terratenientes, pero un hito histórico fundamental para dar este giro fue la caída de la bolsa de New York, el año 1929, que hizo reaccionar a la clase dirigente (elite terrateniente), de que no podían gobernar solo ellos sino que se debía incluir a los demás sujetos de la sociedad, es decir, a la clase media y al sector proletariado, esto se denomino el pacto multiclasista. Según Juan Carlos Gómez “concordaron en función del desarrollo capitalista industrial excluir a la ciudadanía a los campesinos y campesinas, negándoles sus derechos sociales y económicos, otorgándoles una precaria participación política de carácter electora, en donde estos sectores podían votar pero no elegir.”[2]


Con la citado anteriormente, cabe señalar que el sistema “democrático” que se estaba ejerciendo en Chile no era una democracia plena, más bien era excluyente, estratégica y manipulada por los las clases políticas que siempre pretendían mostrar a Chile como un país que desde el siglo XIX posee una política estable representada por una democracia representativa y participativa. Según Juan Carlos Gómez “En el Chile del siglo XX, 1920-1973, la democracia no fue el régimen político predominante. Cuando éste existió no fue pacifico ni estable. Por lo tanto no tuvo la duración que las ciencias sociales nacionales como extranjeras le atribuyen”[3]


Este antecedente deja ver que hemos sido engañados por los innumerables postulados históricos que hemos estudiado de la vieja escuela (Barros Arana y Vicuña Mackena a modo de ejemplo), considero qué este antecedente refleja que la búsqueda de una democracia plena, “el gobierno del pueblo para el pueblo”, no a sido logrado en el transcurso del siglo XX sino hasta el año 1958. Según Tomás Moulián “la estrategia de contención defensiva puede tomar dos variantes. La primera, desarrollada durante el gobierno de Aguirre Cerda, se caracteriza porque el bloque dominante representado por los partidos políticos de derecha pierde las elecciones presidenciales pero mantiene el poder parlamentario que le permite regular el comportamiento político del bloque gobernante, obligándolo a políticas de compromiso. La segunda variante consiste en la incorporación de ministros liberales a los gabinetes en un intento de influir desde adentro[4]


Además continuamente en el gobierno de Gabriel Gonzáles Videla, las amenazas al orden público generadas por las huelgas obreras provocan promulgar la ley maldita, que significa la ilegaliza al partido comunista, esta ley permitió que no existiera la libertad de expresión siendo que estamos en “democracia”.

Según Tomás Moulian la llama “estrategia de contención coactiva”. Pero se comienza a gestionar el nuevo proyecto político en búsqueda de una democracia representativa y plena que se reflejo en los gobiernos de 1958-1970. Según Tomás Moulián “estrategia de contención integrativa: Se aplica entre 1958 y 1970, aunque su momento de mayor despliegue tiene lugar durante el gobierno de Frei, el cual asume con fuerza un proyecto de reformismo integrador, destinado a realizar la modernización capitalista, a impulsar la participación a través de la organización de campesinos y pobladores.[5]


Siguiendo con el relato, los periodos anteriores a 1958, fueron periodos de ensayos democráticos, basados en la representatividad de la mayoría de la sociedad Chilena, pero marginando e excluyendo a los campesinos que son la mayoría en población, personas analfabetas, destinadas a escuchar ordenes, vivir en la miseria y con sueños frustrados de tener una mejor calidad de vida. Todos los gobiernos anteriores comenzaron a gestionarse en el profundo cambio que ocurrió con la reforma agraria del presidente Freí Montalva, ayuda a incorporar a estos sujetos al sistema electoral político-participativo.

Todos estos antecedentes ayudan a aclarar, la diversidad de motivos sociales que ayudan a que el partido de la Unidad popular comience a tomar protagonismo en la política de nuestro país. También agregar la fuerte polarización y radicalización de los partidos políticos no establecen alianzas sólidas y duraderas. En el gobierno de Freí, la militancia y la participación ciudadana activa en la vida política, se ve reflejada en la búsqueda del protagonismo de cada partido político. Según Juan Carlos Gómez “las distintas fuerzas políticas asumieron un comportamiento político de carácter excluyente, rechazando todo tipo de alianzas políticas exógenas y prefiriendo las endógenas, es decir, aquellas que se realizaban con partidos afines o del mismo sector ideológico” [6]


Ante esta eventual situación, en vísperas de las elecciones presidenciales de 1970, los partidos políticos con mayor influencia como la Derecha Conservadora, la Democracia Cristiana y la Unidad Popular comenzaron a disputarse su llegada a la Moneda, finalmente con una minima diferencia y no con la mayoría democrática Salvador Allende hace historia y logra llegar al sillón presidencial. Según Torcuato Ditella “Al no haber obtenido ninguno de los candidatos la mayoría absoluta, le correspondía decidir al congreso pleno, que aún no se había renovado pues las fechas de sus elecciones no coincidían con las presidenciales”[7]. Pero como la Unidad popular no tenía la mayoría democrática, la fuerte oposición se negaba a llevar al país por “las riendas del Socialismo”, y la decisión recayó en la Democracia Cristiana. Según Torcuato Ditella “la Democracia Cristiana, en todos sus niveles, sufría fuertes y contradictorias tensiones, pues si bien deseaba contribuir a los cambios sociales, desconfiaba de las tendencias autoritarias presentes en la Unidad Popular, con su modelo a lo cubano y su fuerte partido comunista, así como del extremismo juvenil de muchos de sus cuadros. Finalmente se decidió a votar por Salvador Allende, después de un pacto de garantías que aseguraba el respeto a la autoridad del congreso.”[8]


Con la llegada al gobierno la Unidad Popular, comenzó su política ideológica socialista, pero pronto el miedo y el rechazo por parte de la oposición no permitió que los proyectos políticos comenzara a gestionarse como ellos proponían “un gobierno en vías del socialismo”. Según Torcuato Ditella “Pronto la radicalización de sus propuestas y la movilización popular que las acompañaba generaron un ambiente de guerra civil. La reforma agraria acelerada, acompañada de numerosas ocupaciones de campos. La misma táctica se empleó con empresas industriales, rápidamente traspasadas al dominio público, sin anuencia del congreso, aprovechando una legislación casi olvidada que otorgaba en estos casos grandes poderes al ejecutivo.”[9]


Sin duda lo citado anteriormente, fue un factor gatillante para que la oposición comenzara a organizarse y ha desafiar la política que se estaba gestionando en nuestro país. La pérdida monetaria, la fuerte tensión entre los partidos políticos, la competencia por las elecciones en el congreso, los fuertes intensivos de regadías para el pueblo, fueron nefastas para sembrar la semilla de la necesidad de hacer un golpe de estado, que era mirado por los grupos extremistas del MIR, insatisfechos con la forma de gobernar de Salvador Allende, también hay que agregar la inminente institución que pondría fin a este gobierno tan controversial, lleno de incertidumbres y con una figura institucional del Estado gastada por las crisis sociales, políticas, económicas. Según Torcuato Ditella “En este ambiente, las tradicionalmente disciplinadas fuerzas armadas chilenas se decidieron a dar el golpe de Estado, contando con el apoyo de un gran sector de la población, posiblemente la mayoría, que incluía al Partido Demócrata Cristiano”.[10]


Por lo tanto con esta acción por parte de las fuerzas armadas encabezadas por Augusto Pinochet, acompañado con una fuerte represión en contra de los partidos de izquierda, en Chile se estableció un periodo de dictadura militar que duro casi dos décadas, bajo la dirección unipersonal concentrada en la tan recordada figura de Augusto Pinochet.


Para finalizar decir que esta problemática tan conflictiva, ideológica, controversial, política y debatida por muchos historiadores, tiene una larga lista de antecedentes con anterioridad al gobierno de Salvador Allende, las constantes crisis sociales, la falta de “Democracia representativa participativa”, las disputas por gobernar, la fuerte militancia y la vida política de la mayoría de los chilenos, sin duda, ofrece a mi persona afirmar que el problema de fondo del golpe militar del año 1973, fue una crisis institucional desgastada desde los inicios del siglo XX, ya que la competencia ideológica por parte de los partidos políticos, la exclusión de la gran mayoría de la población “el campesinado” y la fuerte oposición derechista conservadora, reflejan que en los años del gobierno de la Unidad Popular, existía un fuerte descontento apoyado por el controversial triunfo de la presidencia de Salvador Allende y el rol que ocupa Chile en el contexto histórico del mundo que aquel entonces “el enfrentamiento ideológico de la Guerra Fría” hace su intervención y refuerza las decisiones tomadas de derrocar a un gobierno socialista que para muchos estaba mal enfocado y fue el causante de la fuerte deflación económica y para muchos fue el respeto y la voz de la verdadera democracia en Chile que fue opacada y pisoteada por un régimen militar autoritario. Según Gabriel Salazar “Habían transcurrido dos años y cuatro meses del golpe militar. La persecución política de los primeros meses de gobierno castrense, intensa, cruel y relativamente descentralizada, dio lugar pronto a un sistema de persecución incluso más despiadado pero mucho más selectivo y centralizado, a cuyo cargo se encontraba la DINA, el órgano de policía secreta del gobierno militar”.[11]


Lo citado anteriormente, da una idea de cómo fue este periodo militar tan controversial que incluso llego a asesinar para apaciguar sus enemigos, por eso que es uno de los crímenes mas recordados hasta nuestros días, deja ver que el hito histórico esta arraigado en nuestra conciencia histórica y que el golpe militar aún esta en el ojo del huracán del debate actual de la mayoría de los chilenos.



[1] Aylwin, Mariana. Chile en el siglo XX, editorial Planeta, Santiago 1990. pp. 13 Prólogo.

[2] Gómez, Juan Carlos. La Frontera de la democracia el derecho de la propiedad en Chile, 1925-1973, Editorial LOM, Santiago 2004. pp. 07 Prólogo.

[3] IBID. pp. 08 Prólogo.

[4] Moulián, Tomás. Fractura. Editorial LOM. Santiago pp. 20-22

[5] Moulián, Tomás. Fracturas. Editorial LOM. Santiago pp. 20-22

[6] Gómez, Juan Carlos, La frontera de la Democracia el derecho de la propiedad en Chile, 1925-1973, editorial LOM, Santiago 2004 pp. 07 Prólogo.

[7] Ditella, Torcuato, Historia de los partidos políticos de América latina, Editorial F.C.E, Argentina, 1993 pp. 226

[8] Ditella, Torcuato Historia de los partidos políticos en América Latina, editorial F.C.E, Argentina 1993 pp.227

[9] IBID pp.227

[10] IBID pp.228

[11] Salazar, Gabriel, Historia de la acumulación capitalista en Chile, Editorial LOM, Santiago Mayo 2003. pp. 09 Prólogo.

sábado, 9 de agosto de 2008

Ensayo Histórico



“Tienen la fuerza, podrán
Avasallar, pero no se detienen
los procesos sociales ni con
el crimen, ni con la fuerza.
La Historia es nuestra, la
Hacen los pueblos”.

(Salvador Allende)


El quiebre Institucional chileno de 1973, “la via chilena hacia la desigualdad social, una mirada coyuntural”

Este ensayo tiene por objetivo explicar a modo de referencia el proceso de quiebre Institucional, producto del boicot realizado por Estados Unidos en conjunto con la derecha chilena de manera nefasta y abusiva en contra del pueblo chileno, con el fin de generar una mirada crítica ante la temática a tratar.

¿Qué factores permitieron desencadenar la tremenda escala de abusos perpetrados en Chile durante la segunda mitad del siglo XX en contra de los grupos populares y que a la postre va a significar la dictadura que irá mas allá de límites inimaginables, provocando de esta forma la implantación del modelo económico neoliberal que conducirá a la desigualdad social?

La rearticulación del desarrollo capitalista chileno, se asocia al antagonismo existente entre ambos bandos, desde la perspectiva del proceso de permanencia y cambio y, sus repercusiones que ha tenido esto durante nuestra Historia. El afán de resistencia que hubo en contra del militarismo exacerbado por la dictadura, todo lo cual, conlleva a generar un descontento social que agudiza las discrepancias entre clases.

En Chile se ha hablado bastante acerca del proceso del quiebre institucional, como nos plazca llamarlo, dictadura, régimen, represión, golpe de estado, el asunto neurálgico esta en que hubo violaciones a los derechos humanos. En relación e esto Mariana Aylwin et al plantean lo siguiente: “Los sucesos de los años 1973 y siguientes, constituyen el único episodio de violencia masiva, prolongada, en gran escala (…)”[1].

Siguiendo con esta autora debemos señalar lo siguiente: “(…) un sistema autoritario que – con amplio respaldo de los sectores sociales dirigentes – nos ha hecho vivir realidades por completo diferentes de lo que han sido los valores tradicionales chilenos, fundados en una cultura católica, progresivamente democrática y humanista”[2].

Resulta de manera evidente, según los estudios historiográficos que “dan cuenta del arte”, es decir, de los planteamientos en torno al tema, que el pacto multiclasista generado en el año 1930, tenía como finalidad refundar al leviatán, la bestia o el Estado y además proponerle a las clases sociales menos acomodadas o en este caso al bajo pueblo y a los grupos medios, este ultimo, que mas adelante se va a constituir como la “Mesocracia” o el gobierno de la clase media, participación política y económica en el Estado; sin embargo este pacto no se hará respetar, ya que la clase dirigente se dará cuenta que esto le va a significar desembolsar su futuro, por lo tanto la clase dirigente no va a permitir que los grupos bajos y medios de la sociedad reajusten su situación laboral, social, y económica. En esta orientación Tomás Moulián plantea que “El brutal golpe militar de las Fuerzas Armadas va a producir una rearticulación del desarrollo capitalista chileno”[3]. En este mismo sentido Juan Carlos Gómez Leyton plantea que “(…) el golpe se activó cuando la propiedad privada fue asechada por reformas”[4]. En palabras de Tomas Moulian, en Chile la propiedad privada estaba siendo acechada y ante eso los privados pedirían a las fuerzas armadas y de orden que actuarán y así fue. Ahora bien, sabemos que actuaron de manera totalmente avasalladora…. A modo de epitafio “el hombre es el lobo del hombre”, recordando a Tomas Hobbes.

Ante la irrupción de los militares en Chile, era evidente que se formaran grupos de oposición al gobierno dictatorial de Pinochet, tales como el MIR (Movimiento de izquierda Revolucionario) y el FPMR (Frente Patriótico Manuel Rodríguez), ambas fuerzas antagónicas, por un lado militares y por otro movimientos frentistas de izquierda popular, que se batirían en reiteradas ocasiones mantendrían en jaque a la sociedad civil por varios años. Según Mario Garcés y Sebastián Leiva “(…) en La Legua, el pueblo resistió. Es verdad, así lo hemos podido probar luego de una larga investigación, en La Legua confluyeron el día 11 militantes, pobladores y sindicalistas y sus calles fueron testigos de mas de un enfrentamiento armado”[5].

Por otra parte la institucionalidad en Chile se muestra menos rasgada durante el trayecto de su Historia republicana, nuestro país ha tenido mayor estabilidad institucional en comparación con países europeos como Francia o como Alemania, en este sentido cito a Simón Collier y William F. Sater quienes indican lo siguiente “(…) la guerra civil de 1891, los regímenes de hecho entre 1924 y 1932, y el régimen de Pinochet; éstos son los únicos interregnos dentro de una trayectoria perfectamente patente”[6]. No obstante Juan Carlos Gómez Leyton desmiente estos planteamientos, señalando como un “mito” la estabilidad institucional y democrática plena en la Historia de Chile. A modo de revisión historiográfica sostiene “En efecto, el régimen democrático nacional no tuvo 41 años de existencia como tradicionalmente se sostiene sino 13 años, de manera que su corta existencia va entre los años 1958 – 1973(…)[7].

No debemos olvidar también que en medio de este ambiente tan paradojal propio del siglo XX, en la cual se desarrollará este proceso de quiebre institucional, durante su segunda mitad, será traducido injustificadamente por el estallido del año 73, trayendo consecuencias nefastas. Un dolor tremendo para el pueblo chileno. Para Sofía Correa et al “(…) un período entre 1967 y 1973 en el cual se despliega todo un espiral revolucionario que revienta el 11 de septiembre, con el golpe de estado”[8].

El descontento generalizado producto de la represión y la coerción del gobierno militar hacia la clase trabajadora sepultó las esperanzas del máximo derecho que puede tener un ciudadano, que es la soberanía, en un gobierno dictatorial antidemocrático, que pisoteó al ciudadano común y protagonista de la Historia.
Cito al destacado historiador y Premio Nacional de Historia Gabriel Salazar quien en conjunto con Julio Pinto Vallejos plantean que “Bien sabemos desde 1973 –o de antes- que la ciudadanía chilena ha estado y esta viviendo décadas de incertidumbre y perplejidad”[9]. Continuando con estos autores “(…) pese a los parámetros que muestran seguridad macro – económica, la gente se siente insegura respecto a su salud, su previsión, su empleo y su educación; o sea, sobre su futuro”[10].

A modo de conclusión pretendo reafirmar de manera categórica mi hipótesis planteada al comienzo de este ensayo. Fundamentalmente porque me he dado cuenta que los antecedentes del golpe van mas allá de lo que he planteado durante el desarrollo de este ensayo, tiene que ver con un problema mas de fondo y no meramente algo que se venia gestando hace tres o cuatro años atrás, aquello es un análisis de tipo situacional, periodístico y que por lo tanto carece de toda coyuntura crítica, en el fondo un trabajo que carece de toda profundidad historiográfica y, que talvez es el origen del sesgo que se maneja erróneamente acerca del quiebre institucional.

Los estudiosos en la materia plantean que los antecedentes del golpe de estado en Chile son un problema de investigación de tipo estructural es decir de mentalidades, procesos lentos, que tienen un estudio de temporalidad largos de un siglo o mas, vale decir, que según los historiadores las bases del quiebre institucional del año 1973 están en las bases Portalianas del poder autoritario; Pinochet toma a este personaje decimonónico y plasma su autoridad militar en base a este, reflejando así permanencia y cambio del Positivismo decimonónico, que no es otra cosa que la gangrena de nuestra sociedad que aun esta presente.

Otros autores tales como Tomas Moulian y Manuel Antonio Garretón sociólogos chilenos le dan a esta temática un enfoque coyuntural, quizás, mediante un análisis de tipo coyuntural que aborda un estudio de décadas se ubicaría esta problemática histórica chilena, estudio que además se ha de estudiar a través de un método deductivo - hipotético, vale decir, que va de lo general a lo particular. Según este binomio los antecedentes están en el pacto multiclasista de 1930 y en su posterior declive, vale decir; el acecho y las reformas a la propiedad privada en Chile; siguiendo con esta serie de conjeturas es necesario señalar que dichos antecedentes no se pueden buscar en un gobierno de 1000 días y, por último indicar que el germen del estallido de la dictadura militar es muy anterior al 11 de septiembre de 1973.
[1] Aylwin et al, Mariana. “Chile en el siglo XX”, Editorial Planeta, Santiago, 1990. Pág 17.
[2] Íbidem.
[3] Moulián, Tomas. “Fracturas”, Editorial Lom, Santiago, 2007, Pág 20 – 22.
[4] Gómez, Juan Carlos. “La fronteras de la democracia”, Editorial Lom, Santiago, 2004, Pág 93.
[5] Garcés, Mario y Leiva Sebastián. “El Golpe en La Legua, Los caminos de la Historia y la memoria” Editorial Lom, Santiago, 2005, Pág 5.
[6] Collier, Simón y Sater F. William. “Historia de Chile, 1808 – 1994”, Cambridge University prees, Madrid, 1999, Pág 10.
[7] Gómez, Juan Carlos. “La fronteras de la democracia”, Editorial Lom, Santiago, 2004, Pág 9.
[8] Correa, Sofía, Jocelin – Holt, Alfredo, Claudio Rolle, Manuel Vicuña. “Historia del siglo XX chileno”, Editorial Sudamericana, Santiago, 2001, Pág 8.
[9] Salazar, Gabriel y Pinto Vallejos, Julio. “Historia Contemporánea de Chile Vol. 1, Estado Legitimidad, Ciudadanía”, Editorial Lom, Santiago, 1999, Pág 9.
[10] Íbidem.