La crisis institucional y la Pérdida de Estabilidad política en Chile: El Ocaso del Golpe Militar de 1973.
X Nicolás Sebastián Cabrera Valdivia.
El propósito de este ensayo es desarrollar y analizar uno de los hitos más debatidos en los últimos 30 años de la historia de nuestro país, el impacto que tuvo el derrocamiento del presidente Salvador Allende y el establecimiento de un régimen dictatorial de corte neoliberal representado en la figura de Augusto Pinochet.
Por lo tanto, para fortalecer mis teorías con respecto al tema planteado, es necesario apoyarme en algunos de los historiadores conocedores sobre esta temática tan discutida entre los expertos como Tomas Moulian, Juan Carlos Gómez, Alfredo Yocelyn-Holt, Sofía Correa, Gabriel Salazar, Mariana Aylwin, Torcuato Ditella.
Estos historiadores por medio de sus estudios formulan y dan a conocer su postura sobre este hito, que esta arraigado en la conciencia histórica de la mayoría de los chilenos que vivieron aquel episodio el año 1973 y que para muchos fue un cambio radical marcado por una fuerte violencia, masacre y matanza a los militantes comunistas y para otros fue un triunfo político que los liberaba del malvado “comunismo”, además de la consolidación del modelo económico neoliberal que ayudaba a mejorar la economía chilena que esta en banca rota, por la crisis institucional vivida en el gobierno de Salvador Allende.
Con respecto a lo mencionado anteriormente, es necesario formular las siguientes interrogantes ¿Cómo se organizo el partido político de la Unidad Popular para llegar al gobierno ?, ¿Cuáles son los factores gatillantes que desencadenaron la crisis institucional de 1973?, ¿ Que efectos sociales trajo la reestructuración del verdadero sistema democrático implantado en las décadas de los 60 y parte del 70? y finalmente ¿Por qué hasta nuestra actualidad la fecha del 11 de septiembre esta aún arraigada en la memoria de la mayoría de los chilenos?
Por lo tanto mi Hipótesis tentativa pretende afirmar como en el periodo de máxima poliarquía ocurrió el quiebre institucional del gobierno de Salvador Allende y como la oposición política ante eventual situación conflictiva con el apoyo militar y el terror de las armas destruyeron lo que nunca había existido en Chile, una verdadera Democracia.
Este hecho histórico tan controversial y paradojal es un de los hitos más significativos de nuestra historia como país, además que con el golpe militar del 11 de septiembre de 1973 se puso fin históricamente hablando a un siglo XX caracterizado por las fuertes tensiones y los profundos cambios sociales, políticos y económicos que se reflejaron en la sociedad de nuestro país. Según Mariana Aylwin “todos sabemos que la historia de Chile en el siglo XX ha sido difícil y que, conjuntamente con auténticos logro, se han producido profundas crisis, radicales antagonismos y dolorosos fracasos”[1].
Volviendo al tema de interés, el siglo XX como marco histórico estructural fue testigo de los constantes cambios que ocurrieron en la sociedad chilena de aquel entonces, desde la clase trabajadora obrera hasta las elites terratenientes, pero un hito histórico fundamental para dar este giro fue la caída de la bolsa de New York, el año 1929, que hizo reaccionar a la clase dirigente (elite terrateniente), de que no podían gobernar solo ellos sino que se debía incluir a los demás sujetos de la sociedad, es decir, a la clase media y al sector proletariado, esto se denomino el pacto multiclasista. Según Juan Carlos Gómez “concordaron en función del desarrollo capitalista industrial excluir a la ciudadanía a los campesinos y campesinas, negándoles sus derechos sociales y económicos, otorgándoles una precaria participación política de carácter electora, en donde estos sectores podían votar pero no elegir.”[2]
Con la citado anteriormente, cabe señalar que el sistema “democrático” que se estaba ejerciendo en Chile no era una democracia plena, más bien era excluyente, estratégica y manipulada por los las clases políticas que siempre pretendían mostrar a Chile como un país que desde el siglo XIX posee una política estable representada por una democracia representativa y participativa. Según Juan Carlos Gómez “En el Chile del siglo XX, 1920-1973, la democracia no fue el régimen político predominante. Cuando éste existió no fue pacifico ni estable. Por lo tanto no tuvo la duración que las ciencias sociales nacionales como extranjeras le atribuyen”[3]
Este antecedente deja ver que hemos sido engañados por los innumerables postulados históricos que hemos estudiado de la vieja escuela (Barros Arana y Vicuña Mackena a modo de ejemplo), considero qué este antecedente refleja que la búsqueda de una democracia plena, “el gobierno del pueblo para el pueblo”, no a sido logrado en el transcurso del siglo XX sino hasta el año 1958. Según Tomás Moulián “la estrategia de contención defensiva puede tomar dos variantes. La primera, desarrollada durante el gobierno de Aguirre Cerda, se caracteriza porque el bloque dominante representado por los partidos políticos de derecha pierde las elecciones presidenciales pero mantiene el poder parlamentario que le permite regular el comportamiento político del bloque gobernante, obligándolo a políticas de compromiso. La segunda variante consiste en la incorporación de ministros liberales a los gabinetes en un intento de influir desde adentro”[4]
Además continuamente en el gobierno de Gabriel Gonzáles Videla, las amenazas al orden público generadas por las huelgas obreras provocan promulgar la ley maldita, que significa la ilegaliza al partido comunista, esta ley permitió que no existiera la libertad de expresión siendo que estamos en “democracia”.
Según Tomás Moulian la llama “estrategia de contención coactiva”. Pero se comienza a gestionar el nuevo proyecto político en búsqueda de una democracia representativa y plena que se reflejo en los gobiernos de 1958-1970. Según Tomás Moulián “estrategia de contención integrativa: Se aplica entre 1958 y 1970, aunque su momento de mayor despliegue tiene lugar durante el gobierno de Frei, el cual asume con fuerza un proyecto de reformismo integrador, destinado a realizar la modernización capitalista, a impulsar la participación a través de la organización de campesinos y pobladores.”[5]
Siguiendo con el relato, los periodos anteriores a 1958, fueron periodos de ensayos democráticos, basados en la representatividad de la mayoría de la sociedad Chilena, pero marginando e excluyendo a los campesinos que son la mayoría en población, personas analfabetas, destinadas a escuchar ordenes, vivir en la miseria y con sueños frustrados de tener una mejor calidad de vida. Todos los gobiernos anteriores comenzaron a gestionarse en el profundo cambio que ocurrió con la reforma agraria del presidente Freí Montalva, ayuda a incorporar a estos sujetos al sistema electoral político-participativo.
Todos estos antecedentes ayudan a aclarar, la diversidad de motivos sociales que ayudan a que el partido de la Unidad popular comience a tomar protagonismo en la política de nuestro país. También agregar la fuerte polarización y radicalización de los partidos políticos no establecen alianzas sólidas y duraderas. En el gobierno de Freí, la militancia y la participación ciudadana activa en la vida política, se ve reflejada en la búsqueda del protagonismo de cada partido político. Según Juan Carlos Gómez “las distintas fuerzas políticas asumieron un comportamiento político de carácter excluyente, rechazando todo tipo de alianzas políticas exógenas y prefiriendo las endógenas, es decir, aquellas que se realizaban con partidos afines o del mismo sector ideológico” [6]
Ante esta eventual situación, en vísperas de las elecciones presidenciales de 1970, los partidos políticos con mayor influencia como la Derecha Conservadora, la Democracia Cristiana y la Unidad Popular comenzaron a disputarse su llegada a la Moneda, finalmente con una minima diferencia y no con la mayoría democrática Salvador Allende hace historia y logra llegar al sillón presidencial. Según Torcuato Ditella “Al no haber obtenido ninguno de los candidatos la mayoría absoluta, le correspondía decidir al congreso pleno, que aún no se había renovado pues las fechas de sus elecciones no coincidían con las presidenciales”[7]. Pero como la Unidad popular no tenía la mayoría democrática, la fuerte oposición se negaba a llevar al país por “las riendas del Socialismo”, y la decisión recayó en la Democracia Cristiana. Según Torcuato Ditella “la Democracia Cristiana, en todos sus niveles, sufría fuertes y contradictorias tensiones, pues si bien deseaba contribuir a los cambios sociales, desconfiaba de las tendencias autoritarias presentes en la Unidad Popular, con su modelo a lo cubano y su fuerte partido comunista, así como del extremismo juvenil de muchos de sus cuadros. Finalmente se decidió a votar por Salvador Allende, después de un pacto de garantías que aseguraba el respeto a la autoridad del congreso.”[8]
Con la llegada al gobierno la Unidad Popular, comenzó su política ideológica socialista, pero pronto el miedo y el rechazo por parte de la oposición no permitió que los proyectos políticos comenzara a gestionarse como ellos proponían “un gobierno en vías del socialismo”. Según Torcuato Ditella “Pronto la radicalización de sus propuestas y la movilización popular que las acompañaba generaron un ambiente de guerra civil. La reforma agraria acelerada, acompañada de numerosas ocupaciones de campos. La misma táctica se empleó con empresas industriales, rápidamente traspasadas al dominio público, sin anuencia del congreso, aprovechando una legislación casi olvidada que otorgaba en estos casos grandes poderes al ejecutivo.”[9]
Sin duda lo citado anteriormente, fue un factor gatillante para que la oposición comenzara a organizarse y ha desafiar la política que se estaba gestionando en nuestro país. La pérdida monetaria, la fuerte tensión entre los partidos políticos, la competencia por las elecciones en el congreso, los fuertes intensivos de regadías para el pueblo, fueron nefastas para sembrar la semilla de la necesidad de hacer un golpe de estado, que era mirado por los grupos extremistas del MIR, insatisfechos con la forma de gobernar de Salvador Allende, también hay que agregar la inminente institución que pondría fin a este gobierno tan controversial, lleno de incertidumbres y con una figura institucional del Estado gastada por las crisis sociales, políticas, económicas. Según Torcuato Ditella “En este ambiente, las tradicionalmente disciplinadas fuerzas armadas chilenas se decidieron a dar el golpe de Estado, contando con el apoyo de un gran sector de la población, posiblemente la mayoría, que incluía al Partido Demócrata Cristiano”.[10]
Por lo tanto con esta acción por parte de las fuerzas armadas encabezadas por Augusto Pinochet, acompañado con una fuerte represión en contra de los partidos de izquierda, en Chile se estableció un periodo de dictadura militar que duro casi dos décadas, bajo la dirección unipersonal concentrada en la tan recordada figura de Augusto Pinochet.
Para finalizar decir que esta problemática tan conflictiva, ideológica, controversial, política y debatida por muchos historiadores, tiene una larga lista de antecedentes con anterioridad al gobierno de Salvador Allende, las constantes crisis sociales, la falta de “Democracia representativa participativa”, las disputas por gobernar, la fuerte militancia y la vida política de la mayoría de los chilenos, sin duda, ofrece a mi persona afirmar que el problema de fondo del golpe militar del año 1973, fue una crisis institucional desgastada desde los inicios del siglo XX, ya que la competencia ideológica por parte de los partidos políticos, la exclusión de la gran mayoría de la población “el campesinado” y la fuerte oposición derechista conservadora, reflejan que en los años del gobierno de la Unidad Popular, existía un fuerte descontento apoyado por el controversial triunfo de la presidencia de Salvador Allende y el rol que ocupa Chile en el contexto histórico del mundo que aquel entonces “el enfrentamiento ideológico de la Guerra Fría” hace su intervención y refuerza las decisiones tomadas de derrocar a un gobierno socialista que para muchos estaba mal enfocado y fue el causante de la fuerte deflación económica y para muchos fue el respeto y la voz de la verdadera democracia en Chile que fue opacada y pisoteada por un régimen militar autoritario. Según Gabriel Salazar “Habían transcurrido dos años y cuatro meses del golpe militar. La persecución política de los primeros meses de gobierno castrense, intensa, cruel y relativamente descentralizada, dio lugar pronto a un sistema de persecución incluso más despiadado pero mucho más selectivo y centralizado, a cuyo cargo se encontraba la DINA, el órgano de policía secreta del gobierno militar”.[11]
Lo citado anteriormente, da una idea de cómo fue este periodo militar tan controversial que incluso llego a asesinar para apaciguar sus enemigos, por eso que es uno de los crímenes mas recordados hasta nuestros días, deja ver que el hito histórico esta arraigado en nuestra conciencia histórica y que el golpe militar aún esta en el ojo del huracán del debate actual de la mayoría de los chilenos.
[1] Aylwin, Mariana. Chile en el siglo XX, editorial Planeta, Santiago 1990. pp. 13 Prólogo.
[2] Gómez, Juan Carlos. La Frontera de la democracia el derecho de la propiedad en Chile, 1925-1973, Editorial LOM, Santiago 2004. pp. 07 Prólogo.
[3] IBID. pp. 08 Prólogo.
[4] Moulián, Tomás. Fractura. Editorial LOM. Santiago pp. 20-22
[5] Moulián, Tomás. Fracturas. Editorial LOM. Santiago pp. 20-22
[6] Gómez, Juan Carlos, La frontera de la Democracia el derecho de la propiedad en Chile, 1925-1973, editorial LOM, Santiago 2004 pp. 07 Prólogo.
[7] Ditella, Torcuato, Historia de los partidos políticos de América latina, Editorial F.C.E, Argentina, 1993 pp. 226
[8] Ditella, Torcuato Historia de los partidos políticos en América Latina, editorial F.C.E, Argentina 1993 pp.227
[9] IBID pp.227
[10] IBID pp.228
[11] Salazar, Gabriel, Historia de la acumulación capitalista en Chile, Editorial LOM, Santiago Mayo 2003. pp. 09 Prólogo.